La semana pasada, PSOE y Podemos llegaron a un acuerdo para los Presupuestos Generales del Estado que contenía, entre otras medidas, la subida del Salario Mínimo Profesional de 736 a 900 euros, lo que supone una subida del 22%. Esta medida, como el resto del acuerdo, necesitará de nacionalistas catalanes y vascos para salir adelante, por lo que lejos de ser un pacto efectivo, es una propuesta más de un Gobierno reducido a comité de campaña electoral.

Sin embargo, conviene detenerse a analizar esta propuesta del PSOE más a la izquierda de los últimos años y de sus socios populistas y, principalmente, del efecto que tendría en nuestra región, pues la versión castellanomanchega, encarnada por García-Page del PSOE y por García Molina de Podemos, han celebrado esta subida del SMI con gran jolgorio.

El mensaje que lanzan es que los trabajadores peor pagados, aquellos que cobran el SMI, van a ver aumentados sus ingresos, pero cuando se habla de políticas públicas, los gobiernos responsables deben mirar más allá del titular del periódico del día siguiente y analizar los efectos que esta medida tiene en nuestro mercado de trabajo. No hacerlo supone, simplemente, hacer política para atraer a las clases populares. Para un comportamiento así la RAE tiene una palabra: populismo.

No se trata de buscar opiniones políticas, que de esas cada uno tiene legítimamente las suyas, sino de buscar evidencias en estudios realizados por expertos. Personas que no tienen que preocuparse del titular de prensa del día siguiente o de las próximas elecciones, como Jesús Lahera, profesor de Derecho del trabajo de la Universidad Complutense, o Manuel Hidalgo, profesor de Economía aplicada de la Universidad Pablo Olavide, son claros al señalar que los efectos de una subida abrupta del SMI puede provocar mayores efectos negativos que positivos en el mercado de trabajo, principalmente en aquellos trabajadores con jornadas parciales, contratos temporales y baja cualificación, que son en su gran mayoría las mujeres y los jóvenes y que comúnmente se denominan como trabajadores pobres o precarios.

La destrucción del empleo de estos colectivos sería un efecto de esta subida del SMI y al respecto hay suficiente literatura académica que lo afirma, aunque varíe el nivel de impacto según el estudio. Además, dichos efectos negativos pueden ser mayores aun en regiones de menor nivel económico y con una estructura productiva como la de Castilla-La Mancha.

A estas mismas conclusiones llegó en 2017 un estudio del Banco de España haciendo una simulación de los efectos de una subida del SMI a 950 euros.

Pero es que además hay que fijarse en el efecto que tiene la subida sobre la base mínima de cotización a la Seguridad Social, que se elevará a 1.050 euros para contingencias comunes en el régimen general, lo que va a afectar principalmente a las pymes de menor tamaño y que también provocaría un aumento en la cuota de trabajadores de autónomos que cotizan por la base mínima (la gran mayoría) y que la Asociación de Trabajadores Autónomos ya ha avisado que se elevará a los 420 euros mensuales.

Por lo tanto, con la subida del SMI vemos destrucción de empleo en mujeres y jóvenes, principalmente en el caso de personas poco cualificadas, grandes dificultades para las pequeñas empresas a la hora de mantener su volumen de empleo y un varapalo a los autónomos. ¿Y cómo afectaría esta propuesta de PSOE y Podemos a Castilla-La Mancha? Vamos a verlo.

Según la Encuesta de Población Activa con todos los datos de 2017 al completo, en Castilla-La Mancha la tasa de empleo de menores de 25 años es del 33,13% mientras que en España es del 35,88% y, en el caso de las mujeres, en nuestra región la tasa de empleo femenino es del 37,99% mientras que en España es del 43,11%. Aquí hay menos jóvenes y mujeres trabajando que en el resto de España y si se destruye su empleo habrá aún menos.

Más preocupante aun es el dato de los trabajadores que no poseen un título de educación secundaria o universitario, que en España es el 48,2% pero que en Castilla-La Mancha ese porcentaje se dispara al 65%. Tenemos muchos más trabajadores poco cualificados y ellos van a sufrir más la subida del SMI.

Pero fijémonos también en la temporalidad de nuestro mercado de trabajo regional (29,3%), que es 2 puntos más alta que en el resto de España (27,4%), así que aquí el destrozo será mayor.

David Muñoz Zapata; Secretario de Programas y Áreas Sectoriales de Ciudadanos (Cs) CLM.

Además, no olvidemos que, según el Ministerio de Economía y Empresa, más de la mitad del empleo en España se sitúa en pequeñas empresas (menos de 50 trabajadores), que en Castilla-La Mancha representan el 99,54% del tejido empresarial. Es decir, prácticamente todas.

Y otro dato más, esta vez el de trabajadores por cuenta propia, que en Castilla-La Mancha suponen un 19,8% de los asalariados mientras que en el resto de España se quedan en un 16,5%. Teniendo en cuenta que la gran mayoría son personas de alta en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, la subida del SMI les va a salir cara en el pago de su cuota de autónomos y eso afecta a mucha más gente en nuestra región que en el resto del país.

Por lo tanto, cuando lean a economistas, juristas y otros expertos hablar de los problemas que puede suponer una subida abrupta del SMI como la que proponen PSOE y Podemos, den un giro más a la tuerca hacia el lado negativo y tendrán como resultado los efectos que supone esta medida en Castilla-La Mancha.

Entonces ¿qué celebran Emiliano García-Page y José García Molina?

David Muñoz Zapata; Secretario de Programas y Áreas Sectoriales de Ciudadanos (Cs) CLM.