La portavoz de Ciudadanos en Castilla-La Mancha tiene claro que quiere ser la candidata en las próximas elecciones autonómicas
El 1 de agosto cumple 38 años y, pese a su juventud, se ha convertido en el referente de Ciudadanos en Castilla-La Mancha. Orlena De Miguel tiene claro que quiere ser la candidata en las próximas elecciones autonómicas. Tras un paso fugaz por el Congreso de los Diputados, al conseguir un escaño por Guadalajara en las generales de diciembre de 2015, ahora esta licenciada en Filología Hispánica recorre todos los rincones de la región para dar a conocer su proyecto.
—Pese a su juventud, se ha convertido en la cabeza visible de Ciudadanos en Castilla-La Mancha. ¿Qué es lo que le ha traído hasta aquí?
—Hace tres años decidí meterme en política con todas las consecuencias. A base de trabajar y de mucha ilusión, conseguí entrar como diputada por Guadalajara en el Congreso y comencé a ser conocida dentro de Ciudadanos. Quizás por ello mis compañeros me eligieron como portavoz y responsable del partido en la región.
—Tras su elección a finales de julio, queda pendiente el nombramiento de otros cargos dentro del comité regional del partido. ¿Se ha decidido ya el resto de personas que lo conformarán?
—Lo que queda por nombrar son cargos públicos y los distintos coordinadores que se eligen dentro de cada agrupación. Hay que hacer una especie de elecciones internas para ver qué personas forman parte del comité regional, algo que tiene que estar hecho para el mes de septiembre.
—En el partido han pasado a un segundo plano personas tan destacadas hasta ahora como Esteban Paños o Antonio López. ¿Qué papel van a desempeñar?
—Esteban Paños tendrá un cargo dentro del comité regional, puesto que es el portavoz de Ciudadanos en Toledo, mientras que Antonio López no lo sé porque será la agrupación toledana la que decida qué personas les representan.
—Uno de los problemas que ha sufrido su partido es la fuga de cargos y militantes. En concreto, se han marchado de sus filas 16 de los 124 concejales que obtuvieron en las elecciones municipales. ¿Teme que estas situaciones se sigan produciendo?
—Nuestro proyecto es muy joven. De hecho, a las elecciones municipales nos presentamos dando el salto desde Cataluña a toda España con muy poco margen. Entonces, se hicieron listas con algunas personas que en un principio se sentían identificados con el proyecto y luego resultó que no. Tampoco es tan alto el porcentaje de gente que se ha marchado y otros que, al incumplir los estatutos del partido, han sido expulsados. De hecho, en relación a esta problemática, Ciudadanos está casi a la par con Podemos. De cara al futuro separaremos el grano de la paja y tendremos unos mejores mecanismos de control para elegir a nuestros candidatos.
—El último de esos episodios lo protagonizaron los dos concejales de Talavera de la Reina. ¿Cómo acogen el auto judicial que les reconoció seguir conformando el grupo municipal de Ciudadanos?
—No es exactamente así, ya que ellos han vendido que se les ha dado la razón y no. Ellos interpusieron una demanda y pidieron una medidas cautelares, algo que el juez concede casi por defecto. Lo que no se ha hecho es llamar a declarar a la otra parte, a la dirección de Ciudadanos, para saber su versión. Se ha creado una situación extrañísima porque estos dos concejales no son de Ciudadanos ni siguen la disciplina del partido, pero tampoco son adscritos, por lo que siguen cobrando del Ayuntamiento, que a lo mejor es lo que iban buscando.
—Por lo que se refiere a García-Page, me parece sorprendente teniendo en cuenta que hace unos meses firmaron un pacto con Podemos para sacar adelante unos presupuestos. Sin embargo, en el último momento los dos diputados de esta formación votaron en contra. Volver a confiarlo todo a esa carta me parece temerario. En todo caso, pase lo que pase, Page deberá hacerse responsable de los resultados. Después de este último pacto, nos damos cuenta de que el sí de Podemos a los presupuestos es a cambio de un sillón en el Gobierno.
—Y, por lo poco que se conoce de los nuevos presupuestos, ¿qué opinión tiene de ellos?
—Si nos basamos en lo que dice el consejero de Hacienda —Juan Alfonso Ruiz Molina—, no han cambiado mucho. Alguna de las cosas que se han incorporado tienen que ver con lo que planteó Ciudadanos, como lo que tiene que ver con Dependencia y con la cobertura farmacéutica a los pequeños dependientes. De todos modos, si los presupuestos tienen que estar aprobados para el 31 de agosto, esta semana deberíamos conocer el borrador para ofrecer nuestras iniciativas e intentar mejorarlos.
—Una de las posibles salidas que había sin presupuestos habría sido la convocatoria de nuevas elecciones autonómicas. ¿Está preparado Ciudadanos y Orlena de Miguel para ser la candidata del partido?
—Preparados estamos porque tenemos entrenamiento a nuestras espaldas. Pero la situación política en Castilla-La Mancha es muy triste porque parece una partida de ajedrez en la que cada partido mueve sus peones en función de sus intereses, y no por el interés de los ciudadanos. Lo que tengo claro es que yo me presentaré a unas primarias dentro del partido para ser la candidata autonómica.
—¿Qué resultados cree que tendrían en unos hipotéticos comicios?
—Esto sería hacer política ficción. Lo que sé es que a Ciudadanos nos van conociendo cada vez más y vamos demostrando que cumplimos allí donde tenemos representación, tanto en el gobierno como en la oposición. No somos un elemento desestabilizador, sino que buscamos mejoras ofreciendo estabilidad, que es lo que necesitamos, algo que otros con 85 y 71 diputados en el Congreso no hacen. Por eso, esperamos subir en la comunidad autónoma, pese a la Ley Electoral, porque ofrecemos un proyecto potente.
—Es usted filóloga y ha ejercido de docente. ¿Cree que el poder de la palabra y la docencia son dos valores de los que adolece ahora mismo la política?
—Lamentablemente sí. Me duele cuando se nos compara con políticos y parlamentarios de otras épocas. Se ha descafeinado un poco la política, y creo que hay que recuperarla porque sin política no se puede vivir en sociedad. La política es necesaria, pero además tiene que tener calidad, con unos objetivos claros, aunque discrepemos en los medios. Ahora se ha perdido el valor del pacto, prima más la confrontación política, algo de lo que la ciudadanía está cansada. Para cambiar todo esto es por lo que me metí en Ciudadanos, para enseñar a los grandes partidos a llegar a acuerdos y recuperar la confianza de la gente.